Aspectos Técnicos

La Camisa Galana como único soporte en prenda

Somos inocentes herederos de las acciones del pasado, y el folklore cuando se altera por cualquier razón, altera nuestro ADN como comunidad humana, la manera de mirar, de pensar e incluso de sentir. El traje regional tal y como se conoce hoy es una recreación romántica y nacionalista, muy lejos de lo que fue en realidad. Por ello en nuestra labor como protectores de la cultura, veo necesario advertir de este proceso de construcción de identidad teniendo como preferencia el lapso de tiempo de nuestra historia conocido como Franquismo.

El traje no era más que un aderezo imprescindible para la pieza musical; además eran trajes que, pese a su carácter local, debían albergar la posibilidad de ser representantes de una provincia con la plusvalía de ser los elegidos si eran los más ricos o espectaculares en cuanto a decoración o los más antiguos o auténticos de la zona, por ejemplo, los rodetes valencianos se veían como ese elemento protohispánico, al igual que el traje de charra en Salamanca. 

El patrimonio folklórico en manos de la Sección Femenina, el traje regional castellano y leonés. Ruth Martín Curiel

Grado en Historia del Arte por la Universidad de Valladolid

Valladolid, 2016-2017

 

Solo una pieza de la indumentaria popular lleva el bordado popular serrano con todas sus características.  Es la camisa galana, labrada, bordada, novial de lino, en tafetán, fundamentalmente femenina aunque se conserva en el INSTITUTO VALENCIA DE DON JUAN, una única pieza testigo, un camisón de hombre bordado en seda de color crudo. Veremos como muchas colecciones en museos nacionales e internacionales conservan las mangas, de la camisa galana femenina, bordadas fundamentalmente  en negro , de los siglos XVII Y XVIII.  Esta profusión de mangas solas no nos viene dada porque hayan cortado la pieza sino por que los elementos bordados como cuellos y mangas se podían quitar y poner. 

Esta pieza de la indumentaria que se denomina hoy típica y tradicional en casi toda Salamanca,, a diferencia del bordado Popular Serrano sobre ajuar doméstico que se puede rastrear en piezas testigo in situ, de al menos siglo y medio de antigüedad, necesita un estudio más profundo de su trazabilidad e historicidad, pues la indumentaria popular ha sido instrumentalizada de muy diversa maneras desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días, por la relación inevitable, con la identidad, las tradiciones, el folklore. El hecho de encontrarlas hoy repartidas por mucha parte de la provincia, habiendo desaparecido como parte de la indumentaria en el S. XIX , no puede avalar el que el Bordado popular apodado serrano estuviera extendido por toda la provincia. Además, es difícil que la cultura popular tenga como referencia de marco geográfico una provincia. 

Las indumentarias populares están hoy en España, en plena revisión por los antropólogos e historiadores del arte. La segunda mitad del siglo XX y principios del XXI , por distintas razones, han jugado con la autenticidad de los trajes populares. La camisa galana en Salamanca se ha vuelto a poner de moda y las lucen las llamadas charras armuñesas y alguna parte de la comarca llamada la Ramajería. Y nos faltan estudios para saber, a ciencia cierta, con investigaciones serias, si esta moda posee base histórica. 

Se han introducido más elementos zoomorfos, como veremos más adelante, en el trabajo de Antonio Cea sobre la camisa en la indumentaria de la Sierra de Francia y Candelario durante los siglos XVI al XIX  en el que la camisa bordada desaparece, solo encontró, ramos, cuecos y pájaras. Ahora se bordan también leones, dragones Y seres mitológicos.

Como se verá también en las piezas testigo de mangas de camisa en los museos, a pesar de que unas podían ser  mucho más macizadas en sus puntos y con más horror vacui que la otra modalidad más liviana no aparecían vacíos tan llamativos como los actuales  que forman retículas no bordadas en el interior de los motivos .

 

Entendiendo que la artesanía del bordado requiere muchas horas y que es muy trabajoso, la economía de medios ha puesto este tipo de camisa con exceso de vanos no bordados, en la moda. Lo que no se puede hablar, sin duda,  es que sea indumentaria popular, tradicional, e histórica,  una corriente o moda que ha nacido en los últimos tiempos del S. XX y sobre todo ya en el S. XXI. En este viaje por la indumentaria popular, como ya hemos comentado, la balanza se inclina hacia la vistosidad con economía de medios en detrimento de la autenticidad, en parte debido a que sigue en manos de asociaciones folklóricas , de música y baile a los que no les llegan los estudios rigurosos sobre indumentaria popular que se vienen produciendo. 

De las piezas testigo en las colecciones somos capaces de determinar dos tendencias,  una, respondiendo al arquetipo del Bordado Serrano, macizo, sin vanos y con los motivos propios y otra más aligerada tanto en sus puntos como en su distribución espacial, con motivos en espirales más ligeros que no son propios, de este bordado a hilos contados sobre lienzo de lino, pero si curiosamente en los bordados fitomorfos sin contar hilos en el resto de la indumentaria popular sobre paño de lana o terciopelo. 

 

En los trabajos de campo realizados de 2018 a 2020 en la comarca salmantina de la Sierra de Francia, no hemos encontrado en sus arcas ninguna pieza testigo de mangas de camisa o camisa galana entera de finales del XIX  ni de principios del S. XX, ni por supuesto de siglos más atrás, aunque alguna debe de haber quedado. ya que  Antonio Cea si pudo ver  una en su momento cuando hacia su estudio sobre la camisa salmantina. Tiene su lógica, tras la aparición del jubón en el S.XVIII, parece que todos los trajes noviales, de gala y media gala, así como de luto, no permitirían la introducción de las mangas bordadas en sus estrechas mangas. Además, en lo popular, las labores bordadas lo eran para ser vistas. La introducción en la Sierra del mantón de manila como prenda de cuerpo, por la misma razón hacia inútil la utilización de una camisa labrada. Sin embargo si hemos visto camisas labradas en la Sierra de factura del SXXI, sin que tengan ninguna oportunidad de ser vistas en las festividades serranas. 

 

María Ángeles González Mena en el libro LA COLECCIÓN PEDAGOGICO TEXTIL DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Consejo Social de la Universidad Complutense de Madrid, en el capítulo sobre INDUMENTARIA , nos recuerda que el traje  popular como hecho histórico que es,  exige un análisis genético y evolutivo, así como conocer las causas razonadas de su aparición, evolución, difusión y pervivencia. Muchos autores actuales provenientes del ámbito de la antropología, ponen en duda la autenticidad de los que hoy recorren España.

Las mangas encontradas en los museos nacionales e internacionales, cuyos catalogadores no siempre tuvieron la aspiración de detallar de donde es exáctamente la pieza, son procedentes la mayoría de las veces de coleccionistas privados . Así en los museos españoles,  se dice de Salamanca, y en los internacionales, de España y en muchos de ellos el ser de Salamanca está en interrogación. Son pues sus características técnicas junto a sus motivos los que han llevado a las, la mayoría de las veces, expertas textiles a determinar el tipo de bordado que es. 

El traje popular es un fenómeno universal, se da en todas las culturas, múltiple, en cada unidad geográfica de una manera, a la vez unitario en las demarcaciones geográficas, autónomo porque ha gozado de cierta independencia en su creación y evolución y presenta características definitorias que han ido creándose lentamente.

 

El llamado traje regional, establecido como base para el estudio de las indumentarias tradicionales, se ha encuadrado temporalmente por parte de los distintos autores e investigadores en el que fue su último período de uso, es decir, desde 1750 hasta 1880 en que comienza su decadencia y abandono por parte de las gentes del medio rural, que por otra parte, fueron las últimas en portarlo. Luis de Hoyos limita aún más el marco temporal en el uso de los mismos, acortándolo hasta la década de 1860 en que comenzó la transformación económica e industrial de España. Con el progreso industrial y la evolución de los transportes y comunicaciones, los trajes y vestimentas populares dejaron poco a poco de reflejar las costumbres propias de cada lugar.

La pintoresca indumentaria femenina de labor en el Tomelloso de entre siglos. MALDONADO FELIPE, Miguel Antonio. Publicado en el año 2019 en la Revista de Folklore número 443 .

 

En nuestro país la indumentaria popular durante la segunda mitad del S. XX y el siglo XXI ha sufrido transformaciones cuyas finalidades poco han tenido que ver con la conservación de la misma. La Sección Femenina de Falange, utilizando a mujeres sin ninguna formación, viajó de la musicología y las danzas a los trajes populares, subiendo y bajando sayas, haciéndolos más vistosos, caso Carbajales de Alba, y seleccionando entre la riqueza y diversidad de cada provincia, uno sólo para figurar como seña de identidad. En los primeros tiempos de democracia se redujo el ímpetu por LOS COROS Y DANZAS y se dejaron de hacer los festivales nacionales y de exportación. En los últimos 15 años del S.XX  con el auge del turismo rural basado en un turismo de naturaleza pero también cultural,  tradiciones e indumentarias se han visto relanzadas, haciendo acopio, con buena voluntad, sin duda, de préstamos culturales de otras zonas geográficas cercanas. E incluso relegando el traje popular menos vistoso y que menos diferencia la zona de un determinado municipio, como es el caso de la Alberca en Salamanca dos puntos 

TRAJE SERRANO DE SAYAS EN LA ALBERCA 

Es de gran riqueza y vistosidad, pero sin gusto, con respecto a los anteriormente descritos. Es el popular traje de sayas amplias y redondas adornadas con abalorios y lentejuelas de múltiples colores chillones, y que ante la sobriedad y elegancia del "traje de vistas", llaman la atención a quienes  las contemplan por su gran profusión ornamental. Sobre la blusa y el mantón de manila van de nuevo todas las joyas y alhajas, de gran riqueza y suntuosidad en oro. Es un traje que, en La Alberca, está progresivamente desaparecido, prevaleciendo en otros pueblos serranos como Cepeda y Mogarraz.

LA VESTIMENTA ALBERCANA. ALVAREZ CURTO, María José

Cualquiera que se acerque a las artes populares con un mínimo de rigor, no puede hacer caso de las demarcaciones fronterizas provinciales, arbitrarias, administrativas. La cultura no tiene fronteras, pero sin embargo si es localista, asimilando de otras, pero rehaciéndolas a su modo y manera. La catedral de León y la de Colonia son ambas góticas y las diferencias son notables. Numerosos etnógrafos, entre ellos Luis cortés Vázquez y Antonio Cea, ven cierta corriente en las artesanías en el oeste peninsular, Cáceres, Salamanca, Zamora y León y en el caso de la orivería y platería, más semejanzas con Portugal, que con Avila. 

Cuando en 1970, la afamada musicóloga Pilar Magadán Chao crea el Coro de Voces Blancas de la ciudad, quiere una indumentaria común para él, y posa sus ojos en la camisa galana, o bordada. Así la ciudad de Salamanca se nutrió de esta visión de mangas bordadas.  El encargo se lo hizo a CONCHITA CRIADO afamada bordadora de bordado serrano en MOGARRAZ de larga tradición bordadora en este tipo de bordado, porque su tía había sido MATEA, reconocida bordadora dentro y fuera de la sierra.

En la provincia de Salamanca no se ha investigado suficientemente los trajes populares, si por supuesto el típico charro que representó a toda la provincia en tiempos de la dictadura y el de vistas de La Alberca y el de Candelario, por ser estos últimos innegablemente diferentes al prototípico charro. 

La documentación escrita de carácter notarial a veces nos puede llevar a engaños cuando no refleja puntualmente las piezas. Así se habla de bordado a la morisca y muchos autores lo relacionan con el Bordado Popular en la Sierra de Francia sin embargo, son muchos los aspectos que el S. XV Y XVI la camisa importó de las modas moriscas. 

Rastreando en la historia visual, que es la que de verdad nos puede hacer comprender las decoraciones e indumentarias, hemos encontrado, solo para los alrededores de Salamanca algunos dibujos de salmantinas de los siglos XVII y XVIII

En estos grabados no encontramos el modelo de camisa galana que si vemos en los museos. Los bordados que en algún caso parece que si llevan van cerca del puño y no en toda la extensión de la manga hacia arriba.

En las camisas galanas hemos de reconocer que la única parte habitualmente  bordada con la técnica y motivos del Bordado Serrano, es la superficie de las mangas, dado que las puñetas difícilmente se podrían hacer con él, con lo que se recurría al tejidillo navalqueño para su frunce. 

Durante la primera mitad del S. XX se llevaron a cabo iniciativas interesantes para plasmar las diferentes indumentarias dentro de la provincia.

 

El gran encargo de Las Provincias de España que en 1911 hace Archer Milton Huntington para la biblioteca de la sede neoyorkina de la Hispanic Society, supondría para Joaquín Sorolla una obra sin duda de un enorme esfuerzo. De su estancia en Salamanca, en sus pinturas aparecen charros y charras  y el traje de Vistas de La Alberca sin que aparezcan en sus dibujos ninguna camisa bordada.

 

Abundando en el tema de la utilización que ha sufrido la indumentaria popular y como exponente de la misma, este pintura de Sorolla ha llevado a algunos etnógrafos a suponer que era una pintura de memoria, es decir, que no estaba en ese momento delante de la modelo, que la sobina  en la cabeza se la debió de poner por error, quizás al no recordar bien el atuendo de cabeza.

 

Sin embargo en las fotografías que realizaron los estudiantes de los cursos de verano de la Escuela de Cerámica de Madrid , con Francisco y Jacinto Alcántara como directores de la misma, en los años 20 y 30 se observa el traje de vistas, no con pañuelo , sino con sobina, hoy en día desaparecida por completo al no poder competir con el pañuelo, ya tan característico. Vistosidad en contraposición con autenticidad.

 

El alemán Kurlt Hielscher  realiza un álbum de fotografías de la España del momento ."Das Unbekannte Spanien" (La España Incógnita).Cuyas fotografías, fueron  tomadas entre 1915 y 1919. 

Curiosamente entre los trajes más vistosos y de fiesta de La Alberca , no estaba el de vistas . Quizás para esos inicios del XX todavía no se había rehabilitado el de vistas y el traje de fiesta era totalmente un serrano más, el de sayas hoy casi desaparecido en beneficio del más lujoso de VISTAS.

 

En las fotografías sobre los trajes de Salamanca de José Ortiz Echagüe, para el libro ESPAÑA TIPOS Y TRAJES  en el  año 1933 tampoco  se observa ninguna camisa bordada, que más adelante en el tiempo se dirá que utilizan las espigadoras armuñesas aunque la colección es concienzuda y extensa. 

Salamanca  en las fotografías de JOSE ORTIZ ECHAGUE 1933

Antonio Cea Gutierrez en su estudio La camisa en la indumentaria salmantina: Características, evolución y connotaciones sociales.  .Instituto de Lengua, Literatura y Antropología, CSIC, Madrid, realizado  ya en los años 2000, hace un viaje por los documentos notariales por los diferentes siglos centrándose en la Sierra de Francia y en Candelario, como único exponente de la Sierra de Béjar. Hace referencia a camisas bordadas y solo en pocos casos se describe la labra dos puntos 

La camisa en el S.XVII

En Candelario en 1720 aparece descrita  esta ornamentación fitomorfa: una «camisa de pecho con Ramos y ombreras de lana negra sin faldas en 14 reales»

En Villanueva del Conde, año 1790: «Camisa con muchos ramos, 53 reales»  en 1973, «Camisa nueva de Ramo estrenada»,  , 1794: «camisa nueva sin ruedo y con ramos, 30 reales» 

La camisa en el S.XVIII

Aparecen mencionados en este siglo y como novedad los motivos de «ramos», «ramos y cuecos» o «pájaras», con 9 ejemplos en Villanueva del Conde y 3 en Candelario. 

Observa que parece generalizada en Villanueva del Conde la tendencia a recargar la ornamentación, de las camisas y camisones

LA CAMISA EN EL SIGLO XIX.

Villanueva del Conde

Esta población de Villanueva, con 17 protocolos, entre los años 1800 y 1835, iguala en este siglo la florida guarnición bordada de «ramos» de que ya había hecho gala en el XVIII, es decir 9 .

'' El desplante que sufrió la camisa por el esplendor del jubón en los siglos XVIII y XIX provoca la mengua documental, constatada en los inventarios de ese último siglo, convirtiéndose, una pieza tan necesaria, en algo que podemos considerar residual, al menos en la variante de mujer. Las versiones de trajes femeninos que reconocemos hoy como «de manteo», «sayas», «Vistas», «ventioseno» (no digamos las variantes que utilizan el pañuelo de Manila) no admiten, por innecesaria e incómoda, la camisa. 

La práctica extinción del sayuelo en el siglo XVIII arrastró la de la camisa, estrangulada bajo la opresión del jubón (jugón o jugona). La holgura y visibilidad que ofrecía el sayuelo a la camisa de mujer como un transparente, a través de los cabezones, porteras, mangas y bocamangas, especialmente durante los siglos XV y XVI, favorecía el lucimiento de la camisa, en ocasiones hasta rayar en la extravagancia, con sus diversas maneras de asomarse al exterior formando cuchilladas, bocadillos, folladuras y borrachas.

A ello se prestaba, además, la personalidad de las mangas, entonces prenda independiente, en su doble fórmula —incorporadas y cosidas a los cuerpos, o solo atadas a ellos— con sutiles «puentes».

He de decir que, desde mi experiencia en trabajo de campo, la camisa de mujer es hoy una de las prendas-testigo más escasas de la indumentaria salmantina. Los ejemplos que perviven son sobre todo los de la camisa de galas, más llamativas y ornamentadas.

Hemos de ser conscientes de que los resultados, por muy completos que nos parezcan, son siempre parciales. Ni todo el mundo testaba ni, habiendo testado, todos los documentos se conservan. Obtenemos, pues, un mosaico fragmentado y a veces descontextualizado que, no obstante, ayuda a recomponer cada realidad.

En los últimos años y por diversos motivos socioculturales ha resurgido en Salamanca el gusto y uso de la camisa galana (prenda de mocedad) predominantemente por las mujeres de edad ''

Ruth Martín Curiel en El patrimonio folklórico en manos de la Sección Femenina, el traje regional castellano y leonés., en el anexo 3 se refiere a la provincia de Salamanca según el trabajo de Antonio García Boiza El traje regional salmantino. Madrid, Ed. Espasa- Calpe, 1940.

TRAJE LLANO O DE LA ARMUÑA:

Las mujeres llevaban un traje muy parecido al charro, solo tiene dos diferencias con el anterior, que lleva sobina, mantilla de terciopelo negro decorada con azabaches y abalorios y, rematada con un faralá o volante de seda que enmarca la cabeza y que las alhajas son pocas y de coral. Por otra parte, los colores de las sayas y los bordados son más fastuosos y ricos que los de las charras.

Existe una variante en el campo, el traje de espigadora, cuya indumentaria diferenciadora  porta una gorra o gran sombrero de paja trenzado con flores, espejos y cintas y la camisa denominada ''galana''.

Sin embargo en las fotografías que utiliza en su libro la armuñesa no lleva camisa galana debajo del dengue .

Como vemos no existen testimonios visuales históricos publicados sobre cómo era la camisa galana, palabra que solo nos describe que estaba labrada, no cómo estaba labrada. Lo que sí tenemos son las mangas que como piezas testigo están en los museos, que como mucho llegan hasta el S. XIX .

''Bajo mi punto de vista, el traje tradicional o regional, ha sido una de las manifestaciones culturales peor tratadas en el siglo XX, en cuanto a lo que a folklore se refiere, especialmente en el episodio de nuestra historia conocido como Franquismo, ya que en un intento por sistematizar y encontrar ‘’el traje’’ con mayúsculas de cada provincia, se ha alterado de manera invasiva la imaginería que hasta ese momento existía del mismo, tal y como podemos comprobar tras demostrar que son infinitas las tipologías y morfologías de los trajes regionales

Como experiencia personal, he de afirmar todo esto que se dice ya  que por pertenecer durante años a un grupo profesional de bailes regionales, he visto cómo de manera inocente se confeccionaban trajes al gusto y capricho del comprador sin atender a su autenticidad, mezclando dengues charros con rodeos vallisoletanos, por lo que sigue habiendo culpables, entre los cuales me incluyo ya que mis trajes carecen de un estudio anterior. Este suceso me lo afirmaron modistos tradicionales a los que acudí durante estos meses.'' Ruth Martín Curiel

Huyendo de la moda actual que recorre Salamanca y que, sin duda con inocencia, distorsiona la camisa galana, la colección de piezas testigo alojadas en las colecciones museísticas nos aportan las características que tuvieron, y que sin duda se pueden catalogar dentro del Bordado Popular Serrano.  

GALERIA DE FOTOS LA CAMISA GALANA EN LOS MUSEOS