El simbolismo perdido

Podemos entender por símbolo una representación sensible y no verbal de una idea compleja, y que resulta de un proceso de asimilación y síntesis de dicha idea en una cultura.

Es muy importante para poder entenderlo, que tanto el que ejecuta el símbolo en las artes y la artesanía mediante la iconografía, como el que lo ve, sean capaces de identificar una misma lectura, y esto nos lo ofrece el contexto cultural. 

En la iconografía, en los motivos, que se borda en el Bordado Popular Serrano, nos encontramos con motivos muy antiguos, de génesis en Mesopotamia, Persia y Egipto para luego pasar a la cuenca mediterránea de norte y sur, y seguir representándose unas veces en la cultura islámica y la cristiana, otras veces sólo en la islámica. 

A veces nos encontramos con iconografías que han perdurado en el tiempo con su simbolismo más o menos intacto, en otros casos será el momento histórico y cultural el que nos dará su significado, y en otros, sencillamente estará perdido quedando tan sólo los motivos como elementos de la decoración establecidos por una tradición de siglos. No debemos pensar que en todos los momentos históricos y culturales diferentes, los símbolos perduran transmitiendo el mismo significado.

Los motivos, cada uno, excepto quizás el árbol de la vida, el jarrón con palmetas,  lotos o papiros, forman parte de un todo iconográfico, y puede ser que incluso en sus inicios, no tuvieran simbolismo por sí mismos. No lo sabemos y realmente puede que nunca lo sepamos.

El significado de la iconografía se debe de haber perdido hace incluso muchos siglos, y esta parte de simbología perdida en su intencionalidad, es la que ha permitido la permeabilidad para que otros elementos se hayan integrado. Los claveles, que cada vez más se bordan con cierto realismo, según nos ha contado una informante mogarreña, llegaron en una colcha desde Córdoba en sobrepuesto. Las manos expertas de la bordadora copio la iconografía y la introdujo en su bordado. Sabemos también que se traspusieron los motivos de un paño antiguo bordado en negro a otro cuyo color predominante es el rojizo. 

Tampoco debemos olvidar que las bordadoras eran maestras en lo suyo, y no eran ajenas a un bordado de carácter más culto y a otras técnicas. Así vemos como el contenido iconográfico puede ser el mismo que el bordado popular serrano, los colores elegidos son de carácter funerario y la técnica culta.

Por la misma razón vemos como en paños antiguos que pertenecen a las colecciones museísticas, sin que el programa decorativo central tenga merma alguna en sus motivos y sus puntos, en las cenefas que lo encuadran pueden aparecer técnicas y formas de otros bordados populares españoles.

 

El árbol de la vida con pájaros y leones afrontados lo hemos visto ya en representaciones tanto cristianas, con un programa decorativo más limitado a frisos y capiteles, como en los atauriques hispano-musulmanes. También se hallan en la extraordinaria artesanía textil de lampás en sedas de Al Andalus, sin parangón en el mundo cristiano peninsular, exportándose también a Europa.

Aventurándonos a conjeturar, el conjunto iconográfico se asemeja a la representación de un jardín, y la ausencia de figura humana, el collarín en las representaciones animales, el horror vacui, la simetría y la ausencia absoluta de símbolos cristianos expresos – cruz, Agnus Dei, cáliz, escenas bíblicas- son elementos que nos hacen pensar en el mundo musulmán, en los moriscos.

 

La presencia morisca en la Sierra de Francia de Salamanca está perfectamente documentada en la Tesis Doctoral de Antonio Cea Gutierrez, Antropologia regional reflejada en las joyas de la Sierra de Francia y Candelario, ss XV al XX.

“El arte y las modas moriscas en estas serranías. Alarifes y carpinteros siglos XIII al XVIII.

La labor de alarifes y carpinteros mudéjares está representada desde época temprana en las Sierras de Francia y Candelario y debió de ser ininterrumpida desde el XIII al XVI„ existiendo sin duda una cantera de maestros locales cuyo testimonio podemos disfrutar aún en obras como las de los artesonados de las iglesias de Linares de la Sierra, San Miguel de Valero y Valero ,San Esteban de la Sierra, Miranda del Castaña, San Martín del Castañar (parroquia y humilladero), Sequeros Iglesia del Robledo. .Recordemos que todavía en el año 1719 aparecen trabajando en diversas obras maestros moriscos de cantería.”

Viene de antiguo en la sierra el apodo de judíos para albercanos y moros para los mogarreños. El topónimo de Mogarraz proviene del árabe y significa vergel según el propio Cea en el pregón de las fiestas de Mogarraz  de 2011  “Mogarraz, la antigua Magoros (del árabe Mugarris), que quiere decir ‘lugar abundante de árboles y frutos’, ‘vergel donde manan fuentes de las bodegas’, paraíso.”

 

Con respecto a la iconografía y la indumentaria Cea escribe:

“Resulta tan de mareado interés los testimonios iconográficos que la Sierra conserva sobre las modas «moriscas» en el siglo XV. E1 tocado de rollo femenino se encuentra muy representado…

Otra de las modas en el tocado que han pervivido en la sierra hasta entrado el XX, mientras en el resto de España se hallaban ya en desuso en el siglo XVII es el garvín femenino. El garvín tiene su primer y último ejemplo en Mogarraz y abarca su uso nada menos que cinco siglos.

Es patente que las modas «moriscas» han arraigado y pervivido en la sierra como ninguna otra. El orgullo y la superioridad que sentían los musulmanes españoles y el desprecio hacia los cristianos y judíos nos lo recuerda Caro Baroja que trae palabras del tratado de Ibn ‘Abdúlm “de cómo no debían de venderse sus ropas entre los creyentes cristianos ni ser saludados con la fórmula propia de los mismos y de que deberían llevar un signo por el que sean conocidos por vía de humillación». A pesar de todo la moda se extiende por Europa en el XV, como corriente exótica y vuelve a España como moda «europea” de donde por otra parte seguía siendo ropa de cada día en tantas y tantas familias.”

Mientras los judíos en la Sierra de Francia están perfectamente documentados en el trabajo de prestamistas y algunas artesanías, los moriscos, mudéjares, lo son, como hemos visto, con las artesanías donde es posible plasmar un universo iconográfico propio. 

Además la Sierra de Francia fue un importante núcleo arriero, trajinero, comerciante, con ordenanzas en diversos municipios sobre qué, cómo y cuanto se podía comercializar fuera. 

Según Serafín de Tapia, Doctor en Historia y profesor de la Universidad de Salamanca, fueron varias las razones que llevaron a los moriscos al camino arriero en España, y sobre todo, motivo de sus muchos estudios, en la Corona de Castilla:

“- Para los miembros de nuestra minoría siempre existieron dificultades excepcionales para acceder a la propiedad de la tierra; tales dificultades eran de dos tipos: legales (al menos en 1293, en 1348 y en 1412 se aprobaron disposiciones que prohibían a los mudéjares el acceso a la propiedad territorial) y económicas (el incremento demográfico de los siglos XV y XVI originará una gran presión sobre la tierra que elevará sus precios hasta unos niveles prohibitivos). Esto no significa que no hubiera ningún miembro de la minoría dueño de huertas, tierras de pan llevar o viñas sino que lo normal era que se ganasen la vida de otra manera.

.- Los mudéjares y moriscos, como corresponde a los miembros de todas las minorías que poseen conciencia de tales, rehuían trabajar como asalariados de los cristianos en un intento de evitar humillaciones y —cuando la Inquisición vigile la ortodoxia morisca— para sustraerse a las miradas de los cristianos viejos.

.- Ya desde el siglo XV es posible detectar la existencia de cierto grado de conexión entre las diferentes aljamas de Castilla la Vieja; este fenómeno contribuiría a facilitar el trabajo de los mudéjares que desearan dedicarse a la arriería: la solidaridad étnica era una ventaja extraeconómica que les podía ayudar a ser más eficaces y competitivos en un oficio tan duro como este.

.- La segunda mitad del siglo XV y casi todo el XVI fue una época de auge económico en Castilla que dio lugar a una progresiva articulación de las economías locales con los grandes centros económicos del reino; esta circunstancia condujo no sólo a un incremento del número de mercaderes y transportistas sino a una ampliación de su radio de acción.”

LAS REDES COMERCIALES DE LOS MORISCOS DE CASTILLA LA VIEJA:

UN VEHÍCULO PARA SUS «COMPLICIDADES»* Serafín de Tapia

 

En la Sierra de Francia hay leyendas de reinas moras, hubo moriscos, mudéjares y conversos, no es pues arriesgado que el origen de este bordado haya que buscarlo en la minoría de las moriscas serranas. 

Recordemos que es un bordado popular, fundamentalmente para decorar los paños domésticos y los rituales, y que sus motivos no afrentan las creencias cristianas. De hecho estos paños se encuentran en las Iglesias serranas adornando altares, aunque en este caso y en tiempos más actuales lo acompañan con deshilados, que en estos sí, las alusiones cristianas son más explicitas, sin cambiar por ello la iconografía profana del bordado.

La inquietud que mantiene el mundo actual con los símbolos y con su posible carácter identitario, ha sido el que nos ha obligado a intentar desentrañar su posible lectura de conjunto, más allá de lo que cada motivo en concreto hubiera simbolizado a través de los siglos y culturas. Los motivos forman parte de un todo, y ese todo puede simbolizar el jardín del paraíso musulmán. También es importante recordar que en el Arte del mundo Islámico, así como del Hispano-Musulmán, existieron, como en el occidental corrientes artísticas diferentes, provenientes de periodos o incluso poder de las diferentes etnias, Omeyas, Almorávides o Almohades y el Califato de Córdoba o el reino Nazarí de Granada, siendo islámicos, podrían tener tradiciones diferentes. 

“En la escatología musulmana el Paraíso se concibe como la morada definitiva de las almas de los bienaventurados, un lugar de deleite y descanso eterno reservado para los justos en compensación de sus buenas acciones terrenales. Creado a imagen y semejanza del paraíso primigenio habitado por Adán, se halla ubicado en el Cielo, en el lugar donde se encuentra Dios y su trono, y se interpreta inequívoca e invariablemente como un jardín. Para referirse a este lugar destinado a los elegidos, el Corán emplea la palabra árabe Djanna.

 

(…El Paraíso, compendio de todos los placeres a los que el hombre puede aspirar y máxima promesa de felicidad para el musulmán honorable y piadoso, se interpreta en el pensamiento islámico como un lugar idílico situado en el «Más allá», y se representa tradicionalmente como un frondoso jardín recorrido por ríos y arroyos de aguas limpias, plagado de fuentes, en el que crecen flores aromáticas, así como toda clase de árboles que proporcionan prolongada y permanente sombra, rebosantes de deliciosos frutos de toda estación carentes de espinas, que se inclinan hasta el suelo y pueden ser siempre alcanzados sin dificultad, asegurando la subsistencia de sus moradores.)

(… La desaprobación teológica del arte figurativo, acompañada por una propensión del Islam hacia lo simbólico, dio lugar a que la mayoría de las imágenes asociadas al Paraíso en la Edad Media adoptaran una fórmula representativa de carácter básicamente conceptual. En construcciones religiosas y en algunos espacios representativos vinculados al poder, se recurrió a la evocación del jardín celestial a través de la figuración de “una parte por el todo”, es decir, apelando a una sinécdoque visual en la que la presencia de composiciones vegetales aisladas pretendía recrear el jardín celestial en su conjunto.

Extraído de El Paraíso en el Islam. Noelia Silva Santa-Cruz. Universidad Complutense de Madrid. Dpto. Historia del Arte Medieval

Como es lógico pensar, por transferencia cultural, la iconografía de los cristianos también se vio afectada y en el medievo comenzó también a interesarse por esa visión del paraíso, más allá del juicio de los justos. Ambos comparten el simbolismo del árbol de la vida. 

El Qusair Mushatta o Mshatta, es un palacio de invierno omeya, hoy en ruinas, probablemente construido por el califa Walid II entre 743 y 744, la fachada con relieves, ha sido trasladada al Museo de Pérgamo de Berlín.

La fachada posee una rica decoración con molduras que crean espacios triangulares decorados con rosetas y elementos vegetales, sobre todo zarcillos de vid, con algunos motivos animales, reales, leones, pájaros  y fantásticos (grifos y centauros), que animan el altorrelieve.

“En los triángulos del lado izquierdo se aprecian representaciones de animales y criaturas mitológicas –aves, leones, grifos, un pavo-dragón y un centauro–, juntos pacíficamente como si estuvieran en el jardín del Edén, ocupados principalmente en refrescarse con el agua de los estanques. La iconografía a la derecha de la puerta cambia los seres vivos por pequeños motivos vegetales sobre un fondo de cálices y jarrones de los que salen espirales de brotes y zarcillos en todas las direcciones. Para entender este cambio en el programa iconográfico, hay que tener en cuenta que la mezquita del palacio estaría ubicada detrás de este muro y que las imágenes estaban prohibidas en las mezquitas”

Esta fachada representa una identidad visual con el universo iconográfico del Bordado Popular Serrano, donde animales y plantas se confunden en el follaje. 

Hablamos de simbolismo perdido, porque en la actualidad las propias bordadoras no lo saben explicar, más allá de que esas son las figuras tradicionales, que los colores oscuros, negro, azules y morados son para los paños que acompañan al ritual del luto, y los rojos, para las colchas de los recién casados.

Todavía hoy, informantes de La Alberca y Mogarraz nos han comentado que los bordados populares son “muy religiosos”, que si la pájara que mira hacia atrás es la enamorada o que los peces representan a los cristianos. Realmente pensamos que si había algún tipo de intención simbólica esta no pervivió en los últimos siglos.

A lo más que podemos llegar es a hacer un recorrido por los motivos más habituales y referirnos a su simbolismo en diferentes culturas.

El león: Con diferente simbolismo en las representaciones de este animal en las grandes culturas, aparece como símbolo de los dioses solares, como Mitra.

En Egipto se creía que el león presidía las inundaciones anuales del Nilo a causade la correlación de este fenómeno con la entrada del sol en el signo zodiacal de Leo, en la canícula.. En el culto cristiano aparece como enemigo de la iglesia y a la vez como representante de San Marcos. Ya desde el imperio persa se había introducido como emblema, y en la edad media occidental se introduce en la heráldica y toma posiciones de rampante o pasante, en solitario o afrontado con el “hom” asirio como eje de simetría.

*La pajarita o la paloma:  A veces van afrontadas a un “hom” o “Arbol de la vida “ o a una fuente y en este último caso representa para los musulmanes la vida y para los cristianos la gracia divina. O van empenachadas con tres hojas o llevan en el pico una rama con tres pequeñas flores circulares. Todo ser alado es un símbolo de espiritualización, ya para los egipcios. La tradición hindú dice que los pájaros representan los estados superiores del ser. Es símbolo universal, en todas las culturas, aunque con significados diferentes. En el cristianismo la paloma con una rama simboliza la paz. En cualquier caso simboliza el mundo espiritual.

*El águila monocéfala o bicéfala: En Egipto fue símbolo de la altura, del espíritu identificado con el sol, y del principio espiritual. La letra A del sistema jeroglífico egipcio se representa por la figura del águila, el calor vital, el origen, el día. Desde el Extremo Oriente hasta Europa, el águila es el animal asociado a los dioses del poder y de la guerra.  El águila bicéfala simboliza el dualismo de creación-destrucción, ascensión-descenso, ir-volver, dar vida-matar. En el arte cristiano es atributo de evangelista.

*El pez o la trucha: Según González Iglesias este animal tiene un marcado sabor simbólico, la trucha de chapas articulada de plata es una de las más extendidas como amuleto infantil en la sierra de Francia. Afirma que en el bordado claramente no tiene un carácter religioso aunque es el símbolo de los primeros  cristianos. Este amuleto también lo encontramos en las “brazaleras” del traje de vistas albercano como elemento protector.

*El ramo: El árbol de la vida u “hom” de origen sasánida tiene un sentido de árbol sagrado, es empleado tanto en el cristianismo como en el mundo islámico, pero es en esta cultura donde adquiere mayor significación. En palabras de Basilio Pavón Maldonado:

“EL HOM O ÁRBOL DE LA VIDA ÁRABE Y MUDÉJAR.

En todas las culturas de Oriente y Occidente el árbol tiene un significado sagrado. El cristianismo lo tiene como símbolo de la Cruz. En los pueblos orientales es árbol

central colocado generalmente entre dos animales o seres enfrentados. De Mesopotamia y extremo Oriente pasó a Occidente por vía de los persas, bizantinos y árabes. Para las teogonías orientales el hom tiene un sentido cósmico, está centrado en el eje del universo y se suele asociar a la idea de Dios Creador alrededor del cual se ordena la vida terrenal. Es por tanto eje del universo, especie de eje cósmico, demuestra orden y estabilidad. También se le asocia a la realeza y a la fecundidad y la vida misma. En el mundo islámico se le quiere ver como signo simbólico concreto referido al paraíso, aunque en el Corán no figura como tal. Es realmente asombroso como el árbol casi nunca desaparece de las representaciones del Islam lo mismo en Oriente que en Occidente, desde la Qubba de la Roca de Jerusalén y la mezquita omeya de Damasco hasta la ornamentación mudéjar toledana del siglo XIV, salvada la laguna del arte nazarí de Granada y concretamente la Alhambra, aquí exceptuadas algunas cerámicas ¿El árbol como imagen del paraíso islámico? ¿Un solo árbol para la compleja imagen del paraíso supuestamente imitación o plagio de los jardines de los palacios árabes de la tierra representados por ejemplo en los marfiles omeyas de Córdoba? ¿El paraíso localizado en el árbol de la felicidad denominado “Tubá” como árbol de la alegría y del bienestar, el Hom, a la vez que eje de simetría, prestado de la antigua mitología de Oriente? Algunos autores dan esta imagen del árbol o “Tubá” sacado del Kitab waf al-Firdawa, libro de la descripción del Paraiso: “Árbol del Paraíso a cuya sombra marcha el jinete durante cien años sin lograr salir de ella. De su raíz fluyen los ríos y a su sombra se halla la asamblea y el lugar de reunión de la gente del paraiso”, según Manferrer . 

Como ha escrito O. Grabar se cuenta con que el Paraíso está presente en todo el mundo islámico.”

Extraído de “Naturalismo, Fauna y el Árbol de la Vida en el arte hispanomulmán.” Basilio Pavón Maldonado.

*La flor de loto y papiro  Desde la remota Antigüedad, el loto fue unánimemente elegido por chinos, japoneses, hindúes, egipcios y arios, pero la iconografía que se muestra en el Bordado Popular Serrano es claramente  la egipcia, con flor de loto cerrada o abierta de perfil. La cultura del antiguo Egipto giró siempre alrededor de las bondades del Nilo. Así las flores de Loto y Papiro simbolizaban el alto y bajo Egipto. Eran ofrendadas y acompañaban a los muertos. El papiro representa la potencia que aguarda la crecida para regresar, la frescura, el renacimiento. La flor de loto tiene una fuerte asociación al culto solar por sus curiosas características. El loto tiene sus raíces en el agua, y su flor sale a la superficie y se abre con el sol orientada al este y se cierra y se hunde al llegar la noche.

*La roseta. Se identifica con este nombre en la historia del arte a la representación  de una flor o elemento pseudofloral, constituido por un botón central, o sin botón,  del que irradian un número indeterminado de pétalos. Este elemento está presente en la Historia del Arte desde las primeras civilizaciones; concretamente, es en la civilización mesopotámica donde se convertirá en un motivo tradicional y constante en el arte. Aparece en el arte sumerio, persa, tanto aqueménide, cómo sasánida, como símbolo celeste, del sol y su culto. Presente también en el arte griego, la roseta de seis pétalos inscrita en círculo fue para los judíos símbolo de su fe. Se convirtió en motivo frecuente en el arte paleocristiano, pasando al visigodo, al románico y como verdadera manifestación de su esplendor a los rosetones góticos. Bien en forma de rueda, bien en forma de flor,  en ambas acepciones nos remiten al simbolismo del centro del universo, como punto de partida y de llegada. 

* la palma o palmeta La palmeta de origen caldeo-asirio es emblema clásico de la fecundidad y de la victoria, para los persas la palmera simbolizaba la tierra celeste. Aparece en la iconografía mozárabe y románica. 

* la granada. En la Biblia aparece como símbolo de la unidad del universo. También simboliza la fecundidad. Es un elemento muy repetido en los tejidos árabes hispanos y en los mozárabes. En cuanto a la simbología judía, la granada es uno de los símbolos de Rosh Hashaná (año nuevo judío).En el Islam el granado era un de los árboles del Paraíso conforme al Corán y las tradiciones del profeta Mahoma 

En el Islam, la granada se considera uno de los árboles del Paraíso, conforme a referencias coránicas y de las tradiciones del profeta Mahoma. En concreto, en los escritos del Corán se mencionan las granadas, como ejemplo de las buenas cosas que Dios ha creado y como uno de los frutos que se encontraba en el Jardín del Paraíso. En el Corán se habla de la granada como de un buen fruto que Dios ha creado y que se encontraba en el jardín del Paraíso.

Con la toma de la ciudad de Granada, la granada se incorporó de forma permanente a la heráldica hispana. Pero fueron los bereberes en el 711 quienes trajeron el árbol desde el norte de África, a donde había llegado procedente de Persia de donde es originario. También los romanos lo habían conocido por los fenicios. 

Desde el S.IX Granada era conocida con ese nombre, aunque ‘Garnata’ es muy anterior, remontándose al menos al momento del asentamiento de los judíos conformando la conocida como Garnata Al-Yahud o Granada de los Judíos, allá por el siglo II y hay quien les atribuye el nombre a éstos, los judíos.

Futo simbólico de unidad, en las tres religiones y en sus culturas, y una vez más, símbolo transferido desde la cuna de la civilización occidental. 

El único motivo iconográfico que no es ni fitomorfo ni zoomorfo es el búcaro o jarrón, del que siempre salen flores representando el árbol de la vida. En la cultura cristiana simboliza la pureza de la virgen, aunque, las flores que salen de él en dicha iconografía son otras. 

Un estudio más exhaustivo sobre la iconografía hispano-musulmana sería necesario para poder determinar con más exactitud el desarrollo iconográfico de este bordado.